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Adiós a Alber Elbaz
10 de mayo de 2021
@Kroom2
Adiós a Alber Elbaz. Nació en Marruecos, provenía de una familia humilde de Casablanca, pero vivió en Tel-Aviv su vida adulta. Desde los 7 años dibujaba figurines de moda. Emigró a Nueva York porque entendió que ahí estaba el eje de la moda. Empezó por la dirección artística de Guy Laroche, después en Yves Saint Laurent y finalmente en Lanvin, donde se consagró. Estuvo al mando de esa casa parisina durante 14 años hasta que abandonó esta casa por desavenencias con Shaw- Lan Wang.
Dejó como herencia en Lanvin, colecciones con diseños y colores divertidos respetando los códigos de la marca (fluidez de los cortes, drapeados). Aparte de su visión en la moda, Alber Elbaz comunicaba con humor y optimismo. Muestra de esto es el fashion film que realizó en 2011 mostrando él mismo su colección.
Las celebridades fueron los principales altavoces de su trabajo. Encontramos a grandes personalidades vistiendo sus diseños, como Tilda Swinton en los Oscar de 2008, Natalie Portman en los Oscars de 2006, o Kim Kardashian en su primera y única portada de Vogue EEUU. Pero no sólo las famosas a las que vistió lamentan su muerte. También diseñadores como Maria Grazia Chiuri, quien está al frente de Dior o Pierpaolo Piccioli, el director creativo de Valentino.
En enero de 2020 inició un nuevo proyecto, AZFactory, un innovador proyecto donde apostaba por la atemporalidad y la moda de autor para todas las tallas y edades, alejado de tendencias efímeras. También daba voz a toda una factoría de productores, costureras, directores creativos y creadores de imagen.
Se dice que Alber fue el diseñador que hizo soñar a las mujeres con la moda. En sus palabras: “Utilizamos la ropa como segunda piel porque hemos perdido la nuestra. El problema de los diseñadores es cómo arreglar esa situación. Si no eres feliz en tu propia piel tampoco vas a hacerlo con un vestido”.
Alber Elbaz fue conocido por su humildad y sensibilidad. Se refirió a la crisis del Covid 19 con las siguientes palabras: “No puedo ver los desfiles filmados en salas vacías, me deprime ver todo ese trabajo sin que nadie lo aprecie de forma física, sin el calor humano. Derramo lágrimas como diamantes”.
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