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Coco Chanel. Diseño de moda.
28 de marzo de 2017
@Kroom2
Hoy continuamos con la serie de Chanel. Espero que os guste. Como en el post anterior, agradecemos la colaboración a @nk.camera. Esperamos que os guste.
La invitación de Balsan a Gabrielle no tenía nada que ver con una historia de amor. Pero tampoco la trataba como “una chica más”. La instaló en una buena habitación, pero no la mejor. La convirtió en su querida. Ella disfrutaba de la situación por disponer de cierta libertad.
Mientras Gabrielle se dedicaba a leer libros, dormir hasta tarde y mejorar como amazona, Balsan pretendía ser el mejor jinete de Francia.
En esos momentos la moda era un instrumento para esclavizar a la mujer. Si las esposas no podían prescindir de sus maridos, éstos no debían preocuparse por dónde estaban. Faldas largas, sombreros incómodos, zapatos estrechos, tacones altos. En definitiva, todo lo que dificultaba andar. Fueron estas las circunstancias que hicieron a Coco, revelarse.
Un día le pidió a un sastre que le hiciera unos pantalones a medida, fijándose en unos pantalones de montar. A partir de ese momento no dejó de montar.
“Para conseguirlo, solo hay un medio: imaginar que uno tiene un precioso par de cojones y que no debe apoyarse en ellos” – Coco Chanel, con ochenta y un años.
París descubría a Debussy, Proust, Renoir, Bonnard… En la primavera de 1908 llegó un nuevo miembro al grupo de Royallieu, Arthur Capel (Boy). “Había pasado la mayor parte de su juventud en las mejores escuelas, primero en Beaumont, colegio de los jesuitas para hijos de caballeros católicos, luego Downside, instituto no menos elegante dirigido por benedictinos.” No hablaba nunca de su madre. Se podía tratar del bastardo de un banquero, aunque nadie le prestaba atención a ese detalle. Le daba mucha importancia al trabajo. Era un hombre hecho a sí mismo.
A Coco le apetecía cantar, pero no era su fuerte. Tanto Boy como Étienne le insistieron en los sombreros, puesto que ella se los hacía para sí misma, pero ya algunas amigas le habían pedido que les hiciera uno.
Gabrielle se planteaba abrir una tienda en París, para lo que necesitaba la ayuda de Étienne, al que no le gustaba tanto la idea, ¿hacer trabajar a una mujer? Sin embargo, le prestó uno de sus apartamentos, la planta baja del 160 del boulevard Malesherbes. Boy le aconsejó que contratara a alguien que tuviese mejor conocimiento de la técnica. Contrató a Lucienne Rabaté. También contrató a su hermana, Antoinette para que dirigiese el salón.
Lucienne se terminó marchando, puesto que Gabrielle hacía caso omiso de sus consejos. Aprovechó la primera propuesta que le hicieron. Boy, que cada vez apoyaba más a Coco, terminó confesando su amor. Tenía numerosas amantes, las dejó. Sustituyó a Balsan y prestó a Gabrielle el dinero para comprar un local comercial, en el 21 de la rue Cambon.
Seguían frecuentando Royallieu para practicar equitación. Para ello, Gabrielle fue a un sastre y le dijo que quería vestirse de amazona, con una camisa de cuello abierto, sin corbata. No quería tocados, solo una diadema de piqué. Siempre un escándalo.
La relación entre Coco y Boy prosperaba. Le introdujo en el mundo del teatro, donde conoció a Gabrielle Dorziat. Una actriz teatral y cinematográfica francesa, que más adelante ayudaría a Gabrielle Chanel a popularizar sus diseños. Entre ellas nació una fuerte amistad. Gracias a Dorziat, en el teatro comenzaron a usar los sombreros Chanel.
En la primera amenaza de conflicto, la gente empezó a huir a Deauville. Y con ellos, Gabrielle. Allí aún se respiraba algo de tranquilidad. Pero Coco no desaprovechaba para oponerse a algunas de las normas sociales del momento. Bañarse, estaba mal visto, solo lo hacían los niños y los pobres, solo algunas aventureras se arriesgaban, incluida Chanel.
Vista la importancia de la moda en el lugar, abrió una tienda en 1913. En ese momento de auge de la nueva tienda Chanel, llegaron malas noticias, su hermana mayor, Julia, había muerto, dejando a un hijo. Boy y Gabrielle lo enviaron a Beaumont, el colegio inglés donde estudió Boy.
Llegó Adrienne. Se puso sombreros de Chanel, y se exhibió con ellos. La clientela se duplicó. Acababan de descubrir la utilidad de las maniquíes. Gabrielle la contrató. Comenzó la guerra. Deauville se convirtió en la ciudad aristocrática de “la retaguardia”.
Todas las mujeres empezar a acudir a su tienda, ella les ofreció su uniforme de guerra: falda recta hasta el suelo, que solo dejaba ver la punta del pie, chaqueta marinera, camisa, zapatos de tacones bajos, sombrero de paja sin adornos. Con él les resultaba fácil caminar. No pedían otra cosa.
El hotel Royal, se tuvo que convertir en una especie de hospital y las mujeres que residían en Deauville se prestaban a ser enfermeras voluntarias. Allí surgió un problema, no había uniformes de enfermera, solo había de criada del propio hotel. Acudieron a Chanel para resolverlo y transformar los uniformes de criada en enfermera.
Un tiempo después, Gabrielle recibió noticias de su hermano, Alphonse, casado y con hijos, se encontraba en apuros económicos. Ella decidió pasarle una pensión, que duró 25 años.
En los últimos meses de 1914, el frente de guerra se volvió a desplazar, y la gente volvió a París. Las mujeres estaban más seguras de sí mismas, se volvieron menos dependientes de los hombres. Esta situación le favoreció a Chanel. La tienda del 21 de la rue Cambon se encontraba en el camino que las mujeres hacían a diario. Por lo que Gabrielle decidió volver, junto a Antoinette. Adrienne, por su lado, volvió a Vichy, donde acababan de morir sus padres.
Coco abrió otra tienda, en Biarritz y puso a cargo de ella a Antoinette. Su fortuna aumentaba, ya le había devuelto los préstamos a Boy, cosa que para él le quitaba atractivo a su relación, le gustaba que ella dependiese de él.
En el año 1916, Chanel ya tenía a más de 300 obreras trabajando para ella. En el mismo año, volvió a desafiar a sus rivales, Poiret, Worth o Doucet, utilizando una tela que nunca se había unido a la elegancia en una mujer, el jersey.
Esta tela, fue creada por su inventar para los deportistas, pero la rechazaron. Coco aprovechó el momento para usar la tela en la moda femenina. También acortó la falda y suprimió la cintura.
Sin embargo, estos cambios solo permanecieron en París, debido a la desaparición de los periódicos de moda. En 1919, con la llegada de visitas extranjeras, comenzó la conciencia de que París marcaba la moda.
Pero ya en 1916, Harper’s Bazaar publicó el título “Chanel’s charming chemise dress”. Se trataba de un vestido sencillo, sin volantes, adornos, violetas, sin escote propiamente dicho, ni velos, ni sombrillas… “Un vestido que solo puede ser definido por sucesivas negaciones”.
Comenzaron los celos de Gabrielle, debido a que Boy se codeaba con gente totalmente desconocida para ella. A la vez, ella hacía lo mismo. Cuando la noticia de que Coco se había cortado el pelo llegó a Arthur Capel, también en él se despertaron una especie de celos. Parecía que ya no se necesitaban.
En 1917 Gabrielle conoció a Misia Sert. Una pianista rusa que residió gran parte de su vida en París, sentía gran atracción por el arte, posó para varios artistas, entre ellos Renoir. Era la esposa de Josep María Sert, pintor español.
Boy, que había escrito un libro, pasaba largas temporadas en Inglaterra. Allí se fijó en una chica: Diana Lister, joven, guapa y viuda. Queda en duda si su casamiento fue por temas de negocios, relacionados con el padre de ella o porque la inocencia y fragilidad le enamoraron. Ya con Gabrielle demostró que le gustaba que lo necesitasen.
Se casaron. Sin embargo, cada vez que volvía a París tanto Coco como él no parecían afectados por ese matrimonio.
Volviendo a la moda, Chanel volvió a revolucionar con los pijamas, aprovechando que en cualquier momento era posible tener que salir de las habitaciones del hotel para refugiarse en los sótanos, era necesario algo cómodo.
En 1919 se casa Antoinette. Sin embargo, la familia de su marido no la acepta del todo. Tras un tiempo de desacuerdos, se fugó con un argentino y murió allí de gripe española.
Ese año, Boy Capel cogió una casa en Cannes para las navidades. Hasta ahora está en duda de si era para estar con Gabrielle o con su mujer. La víspera de Navidad, por la noche, muere en un accidente de tráfico mientras se dirigía hacia allí.
Léon Laborde, uno de los amigos de Royallieu, se encargó de informar a Gabrielle. Ella, sin derramar una lágrima, preparó una maleta, lista para partir. Fue a ver a Bertha, hermana de Boy. Pasó con ella la noche y a la mañana siguiente decidió no ir al funeral, sino al lugar del accidente. Al llegar allí, por fin lloró.
Tres meses antes de que muriera Boy, Coco cambió del número 21 al 31 de la rue Cambon.
Tras la tragedia, hizo que revistieran todo su dormitorio de negro, incluyendo las sábanas. Sin embargo, sólo aguantó unos minutos. “Pronto, Joseph, sáqueme de esta tumba…” Después de esto cambió al color rosa, queriendo imponerse “su forma de vestir al dolor”.
Pasó una larga temporada “turbia”. Decayó su trabajo, su vida social, simplemente se dejaba llevar. Ya no era la mujer fuerte que tenía una respuesta para todo.
Durante una etapa siguió a Misia Sert, sin embargo, se quedaba a su sombra y nadie la conocía. Se fueron a Venecia. Allí olvidó a Boy. Al menos, eso parecía, puesto que por fin dejó el papel de espectador y comenzó a participar.
Después, admitió que los Sert la habían salvado. Gracias al matrimonio Sert, Gabrielle conoció a Diáguilev.
Serguéi Pávlovich Diáguilev: empresario procedente de Rusia. Fue el fundador de los ballets rusos. Se dedicó a dirigir ballets y otros espectáculos. Unos años después comienzan algunas colaboraciones.
Otro personaje importante de la Historia con el que se cruza la vida de Gabrielle, es Igor Stravinsky, procedente de Rusia. Al que conoció gracias a Diáguilev. Fue uno de los músicos más importantes del siglo XX. Fue compositor y director de orquesta. Se rumoreaba que entre ellos había alguna relación muy personal, debido a que residió en Bel Respiro, la vivienda de Chanel. Sin embargo, solo era amistad.
No obstante, no fue tan inocente la relación con el gran duque Dimitri de Rusia. No es de extrañar, puesto que de nuevo un amor de Coco tiene un pasado triste. Vivió con ella en Bel Respiro. No se conocen más detalles acerca de esa relación.
Con este único producto consiguió la mayor parte de su fortuna. El perfume contiene gran número de ingredientes, esencias de distintas flores. Se cuenta que el nombre fue tan sencillo como que era el Nº5 entre todos los perfumes que Coco probó. Gabrielle y Dimitri se separan. Él se casa con una chica estadounidense. Parece más bien un tema político que matrimonial.
Muere Marie, la criada de Coco y ella decide abandonar Bel Respiro y volver a París.
El siguiente romance de Chanel fue con Pierre Reverdy, un poeta francés, asociado al surrealismo y cubismo. Su vida se dirigió en base a la fe. Picasso ilustró uno de sus libros. Coco perdió el tiempo intentando convertirlo en un hombre feliz.
Reverdy se casó con una chica, no avisó a nadie sobre el enlace. Gabrielle siguió intentando ayudarle siempre, aunque era en vano. Mientras él se sumía en el “cuarto negro” Gabrielle convertía ese color en un instrumento de su éxito. 1925 se convertiría en el año de las mujeres vestidas de negro. El “Little Black Dress”.
Surge el art déco, el surrealismo, el revue nègre.
Gabrielle aumentó su fama vistiendo a los personajes de las obras de los Ballets Rusos de Diáguilev, empezando por Le Train Bleu acabando participando durante catorce años.
Frase de Coco que publicó una revista: “Los diseñadores de modas trabajan con un lápiz; eso es arte. Los costureros con tijeras y alfileres: es una cosa distinta”.
Otro hombre que se suma a la lista de amantes de Gabrielle, el segundo duque de Westminster (Bend’or), su romance duró desde 1924 hasta 1930. La gran preocupación del duque era tener descendencia. Se casó cuatro veces en total, en los dos primeros matrimonios tuvo dos hijas y un hijo que murió a los 4 años de apendicitis. El episodio con Chanel se situó entre el segundo y el tercer matrimonio. Ella siempre mostró sus ganas de casarse, pero pronto comprendió que con el duque lo importante era tener un hijo. Fue a médicos y otros especialistas, pero en realidad era estéril. Tenía fe en que aun así se casarían, sin embargo, Bend’or empezó a salir con otras mujeres.
En 1925 se celebró la Exposición de Arte Decorativo en París, donde también hubo un espacio para la moda, llamado el pabellón de la Elegancia. En él se vieron vestidos de Jean Patou, Chanel, Jeanne Lanvin, Louiseboulanger…
Moda en aquel momento:“…Abolía los rizos, las horquillas, los cabellos largos; los camisones se sustituyeron por un atavío reservado hasta ese momento a los hombres: el pijama. Reducía a la nada la ropa interior. […] La moda borraba los senos y por primera vez ordenaba que toda cabellera femenina igualara en negrura y en brillo a la de Rodolfo Valentino. Significaba imponer el uso de la brillantina y el del corte a lo chico.”
“Desde 1926 hasta 1931, la moda Chanel fue inglesa. […] Gabrielle hizo suya la costumbre inglesa de vivir con jersey de cuello alto. Pero supo ir más allá y los acompañó con alhajas que ninguna señora de la sociedad inglesa se habría atrevido a usar sin vestir ropa de gala.”
Antes de que acabara la relación con Bend’or, ya habiendo terminado con las esperanzas de tener un hijo, Gabrielle esperaba que aun así se pudieran casar. En ese momento le surgieron miedos sobre si la prensa se enteraba de su pasado. De su padre no tenía que preocuparse, lo más probables es que estuviese muerto; su tía Adrienne vivía sin llamar la atención y no contaría nada. Quedaban sus hermanos. Alphonse no trabajaba, dependía por completo de la pensión que le pasaba Gabrielle. Lucien en cambio, aunque recibía una pensión seguía trabajando, es decir, tenía independencia. Por ello, le envió una carta diciendo que no le parecía bien que Alphonse se gastara todo el dinero, mientras que él trabajaba. Le pedía que eligiese un sitio y mandase a construir una casa con un gran jardín. Ella le mandaría el dinero. Le prometía que iría a verle. Él la hizo caso. Gabrielle jamás fue.
Mientras mandaba a Lucien construirse una casa, también se construía una para ella y Bend’or. La Pausa en Roquebrune-Cap-Marti.
El 29 de abril de 1930 Adrienne por fin se casaba. El padre de su amado había desaparecido y les dejaba libres de contraer matrimonio.
Al mismo tiempo también se casaba el duque de Westminster, con Loelia Mary Ponsonby, hija del primer barón Sisonby.
1929. Crack de la Bolsa de Nueva York. La más devastadora caída del mercado de valores en la historia. Franklin D. Roosevelt asciende al poder. Samuel Goldwyn, pionero del cine norteamericano, de origen polaco, pedía a Gabrielle que vaya a Hollywood. Aceptó por un millón de dólares. Todas las estrellas vistieron Chanel. Hollywood a pesar de la crisis, seguía en auge. Sin embargo, solo se fue una vez. Las estrellas no querían “llevar” dos nombres.
The New Yorker: “La película ofrece a Gloria la oportunidad de lucir un gran número de suntuosos vestidos. Son de Chanel, la célebre Parisiense cuya reciente visita a Hollywood ha causado gran sensación. Pero, al parecer, no está dispuesta a regresar por ahora nuestra ciudad de luz y saber, porque le han dado a entender que sus creaciones carecen de “un toque sensacional”.
Se comentaba que Chanel se iba a casar con Paul Iribarnegaray, Iribe. Los dos compartían los mismos ideales. Se habían labrado su futuro. Fueron amantes hasta el día de su muerte, 21 de septiembre de 1935. Murió jugando al tenis con Gabrielle en La Pausa.
7 de noviembre de 1932 se inauguró una exposición solo de joyas, diseñadas por Chanel. Resultaba extraño verla dirigirse a la Asociación Internacional de Diamantistas, cuando era una de las que puso de moda las perlas falsas. Ella decía que era porque las joyerías francesas estaban en crisis.
El 6 de febrero de 1934 se organizó una manifestación anti-parlamentaria por grupos de extrema derecha, en la place de la Concorde, París. Tras este momento Gabrielle despidió a Joseph, su fiel mayordomo y se marcha al Ritz.
Una recién llegada italiana le comenzó a robar los clientes a Chanel, Schiaparelli. Era una diseñadora de moda que obtuvo gran éxito. Sus diseños se basaban en el surrealismo.
Comienzan las huelgas de trabajadores. Al principio Gabrielle creyó que no la afectarían, sin embargo, un día sus trabajadoras se encerraron en el taller y no la dejar entrar, pidiendo salario semanal, permisos pagados, horarios fijos, contratos de trabajo… No llegaron a un acuerdo. Con el tiempo no tuvo otro remedio que ceder a sus peticiones, una gran derrota para ella…
-Continuará…-
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